También tiene vitaminas del grupo B, como la vitamina B6, Vitamina K, la niacina, la riboflavina, el ácido pantoténico o el ácido fólico. Así también, ayudan a disminuir el nivel de colesterol malo en sangre, gracias a la gran cantidad de ácido ascórbico, lecitina y pectina que contiene el fruto, lo que también favorece la circulación sanguínea. La fresa posee una notable riqueza mineral, especialmente de hierro. Es una de las frutas más rica en él y también de magnesio. En 200 g de fresas hay un 17% de hierro y 9% de magnesio. Una taza de fresas contiene 21 gramos de manganeso. También aporta potasio, calcio, fósforo, manganeso, cobre y silicio. Gracias a sus propiedades alcalinizantes y su riqueza en calcio y potasio, la fresa facilita la eliminación de ácido úrico.
Además, la presencia de ácido salicílico, el mismo componente de las aspirinas pero natural, tiene una acción antiinflamatoria, ayudando a mejorar afecciones como la gota, artritis y reumatismo. Algunos estudios han señalado que las fresas mejoran la salud de los ojos al disminuir el riesgo de degeneración macular potenciando así la salud ocular.